© Dr. José A. Callejón
Redifusión de poema publicado en The Bumblebee Times
https://bumblebeetimes.wordpress.com/2025/07/06/sinfonia-del-coral-renaciente/
Sinfonía del Coral Renaciente
En aguas cálidas de azul profundo,
donde el Mediterráneo guarda el mundo,
nace una historia bajo su reflejo:
el coral naranja, tesoro viejo.
Astroides calycularis resiste,
aunque su reino hoy se despiste
por culpa de humanos y sus heridas,
el clima, la pesca, y las especies perdidas.
La Herradura alza sueños en la arena,
y en sus fondos, la esperanza suena.
Biólogos, buzos, corazones valientes
siembran jardines en mares silentes.
Estrellas naranjas decoran el suelo,
dan vida a crustáceos con tierno anhelo.
Larvas cuidadas bajo luz artificial
renacen y pintan un nuevo coral.
De cada cien mil, una florece,
y así la ciencia al sino enriquece.
Más de sesenta mil ya se han sembrado,
y el arrecife avanza renovado.
Cabrachos, congrios, peces luna
bailan en ecosistemas sin ninguna
traza de olvido. Solo a renacer,
que el ensueño azul vuelva a emerger
En tiempos de pérdida y devastación,
estos jardines son redención.
La pasión, la ciencia, la unión sincera
salvan al mar y a su primavera.
Porque cada pólipo que vuelve al ser
es gota de vida como en desierto es llover.
Una sinfonía marina sin igual
compuesta en silencio, coral a coral.
© Dr. José A. Callejón
Versión ensayística:
Jardines Sumergidos: El Renacer del Coral Naranja en la Costa Tropical
En las profundidades cálidas del Mediterráneo andaluz, donde el mar parece guardar secretos en cada ola, una historia de esperanza florece bajo el agua. El protagonista: el coral naranja (Astroides calycularis), una especie endémica que durante años ha visto cómo su hábitat se desvanecía por culpa de la contaminación, el cambio climático, la pesca intensiva y la invasión de especies exóticas como el alga Rugulopteryx okamurae.
Pero en La Herradura (Granada), un rincón de la Costa Tropical, un grupo de biólogos marinos, buceadores y soñadores han decidido que el fondo marino merece una segunda oportunidad. Y lo están logrando.
Durante décadas, el coral naranja ha sufrido un declive alarmante. Las altas temperaturas provocan su blanqueamiento y muerte; los buceadores descuidados lo arrancan sin querer; y las especies invasoras le roban espacio vital.
Según estudios recientes, las poblaciones han descendido entre un 35% y 40% en el litoral andaluz.
Este coral de un color naranja intenso, no solo embellece el fondo marino: es clave para la biodiversidad, atrayendo peces, crustáceos y otras especies que dependen de él para sobrevivir
Gracias al proyecto MedCoral, liderado por la asociación Hombre y Territorio (HyT) y apoyado por entidades como Imagin y Blue Carbon, se han creado cuatro jardines de coral naranja frente a la Punta de la Mona, en el Paraje Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo.
Estos jardines no son metáfora: son arrecifes artificiales sembrados con larvas de coral, cultivadas en acuarios bajo condiciones controladas. La técnica de reproducción asistida, pionera en Europa, ha logrado que una de cada 15 larvas sobreviva —cuando en la naturaleza solo lo hace una de cada 100.000
> “Los conocemos muy bien. Tocando un par de pólipos ya sabemos cuándo se van a reproducir”, dice Alexis Terrón, director científico del proyecto.
En menos de un año, los jardines han pasado de ser promesa a realidad: más de 60.000 colonias han sido sembradas, y el arrecife ya alberga más de 100 especies, muchas de ellas de interés pesquero como cabrachos, salmonetes, congrios y peces ballesta.
Incluso se han avistado peces luna, tiburones azules y delfines mulares, atraídos por la explosión de vida. El arrecife se ha convertido en un ecosistema autosuficiente, un ejemplo de cómo la restauración marina puede impulsar la economía azul: pesca sostenible, turismo de buceo y educación ambiental
Porque en un mundo donde la pérdida de biodiversidad avanza sin freno, estos jardines sumergidos son una lección de resiliencia. Son prueba de que la ciencia, la pasión y la colaboración pueden revertir el daño. Y porque cada coral que vuelve a crecer es una nota más en la sinfonía del mar.
© Dr. José A. Callejón