© Dr. José A. Callejón
Redifusión de artículo publicado en The Bumblebee Times:
Resumen
El presente artículo examina la problemática, a menudo silenciada, de la erosión costera exacerbada por la operación de plantas desalinizadoras, tomando como caso de estudio la playa de Balerma (Almería, España) y su presunta vinculación con la desaladora de Balanegra. Si bien las desaladoras son presentadas como soluciones beneficiosas para el suministro de agua potable y de riego en regiones áridas, su funcionamiento puede acarrear consecuencias ambientales significativas, particularmente en la dinámica sedimentaria litoral. Este trabajo explora los mecanismos por los cuales las desaladoras contribuyen a la erosión costera y cuestiona la eficacia de soluciones paliativas como la construcción de espigones, sugiriendo que podrían incluso agravar el problema a largo plazo. Se subraya la necesidad de una evaluación integral de los impactos ambientales de las desaladoras, que trascienda su utilidad hídrica, y se aboga por la transparencia y el debate público en torno a estas infraestructuras.
Introducción
La escasez hídrica es un desafío creciente a nivel global, especialmente en regiones semiáridas y áridas. En este contexto, la desalinización del agua de mar se presenta como una alternativa viable para garantizar el suministro de agua potable y para la agricultura. Sin embargo, la construcción y operación de plantas desalinizadoras no están exentas de impactos ambientales, algunos de los cuales pueden ser significativos y a menudo subestimados. Uno de estos impactos, que ha recibido relativamente poca atención en el debate público, es su potencial contribución a la erosión costera y la consecuente pérdida de playas.
El presente artículo se centra en el caso específico de la playa de Balerma, ubicada en la provincia de Almería (España), y su aparente regresión, que algunos atribuyen a la influencia de la cercana desaladora de Balanegra. Esta situación representa un ejemplo paradigmático de cómo una infraestructura concebida para resolver un problema (la falta de agua) podría estar generando otro de graves consecuencias ambientales y socioeconómicas. A través de la revisión de la literatura científica y la observación del caso de Balerma, este trabajo busca dilucidar los mecanismos por los cuales las desaladoras pueden influir en la erosión costera y analizar críticamente la propuesta de construir espigones como medida correctiva.
Mecanismos de Influencia de las Desaladoras en la Erosión Costera
La conexión entre las desaladoras y la erosión costera no es directa ni evidente a primera vista. Sin embargo, existen varios mecanismos a través de los cuales estas infraestructuras pueden alterar la dinámica sedimentaria litoral:
Captación de agua de mar y alteración de las corrientes litorales: Las desaladoras requieren grandes volúmenes de agua de mar para su funcionamiento. La captación de esta agua, a través de tuberías de succión sumergidas, puede generar alteraciones en los patrones de las corrientes litorales cercanas a la toma. Estas corrientes son cruciales para el transporte de sedimentos (arena) a lo largo de la costa. Cualquier modificación en su velocidad o dirección puede afectar el equilibrio entre la deposición y la erosión, favoreciendo la pérdida de arena en ciertas áreas (Pilkey & Wright, 1988, p. 234).
Descarga de salmuera y su impacto en los sedimentos: El proceso de desalinización genera un efluente con una alta concentración de sal y otros productos químicos, conocido como salmuera. La descarga de este efluente al mar, si no se realiza de forma adecuada, puede afectar la densidad y la turbidez del agua en las zonas cercanas al vertido. Estas alteraciones pueden influir en la sedimentación y la estabilidad de los fondos marinos, indirectamente afectando el suministro de arena a las playas (Lattemann & Höpner, 2008, p. 1452). Aunque el impacto directo de la salmuera en la erosión costera es menos evidente que la alteración de corrientes, sus efectos a largo plazo en los ecosistemas marinos y, por ende, en la dinámica costera no deben ser descartados.
Interrupción del transporte sedimentario por las estructuras de la desaladora: La construcción de las propias instalaciones de la desaladora, incluyendo las tuberías de captación y descarga, así como posibles emisarios submarinos, puede actuar como una barrera física que interrumpe el transporte natural de sedimentos a lo largo de la costa. Esta interrupción puede privar de arena a las playas situadas aguas abajo de la desaladora, exacerbando los procesos erosivos (French, 2001, p. 87).
El Caso de Balerma y la Desaladora de Balanegra: ¿Una Relación Causal?
La playa de Balerma ha experimentado en los últimos años una notable regresión, con una disminución significativa de su anchura y la pérdida de grandes cantidades de arena. Los residentes locales y algunos estudios preliminares han señalado la proximidad y el funcionamiento de la desaladora de Balanegra como un posible factor contribuyente a este fenómeno. Si bien no se han publicado estudios científicos concluyentes que establezcan una relación causal directa, la coincidencia temporal entre la intensificación de la erosión en Balerma y la operación a pleno rendimiento de la desaladora levanta interrogantes legítimos.
Es crucial investigar en detalle la ubicación y el diseño de las tomas y descargas de la desaladora de Balanegra, así como los patrones de corrientes litorales y el balance sedimentario en la zona. Un análisis exhaustivo debería considerar:
La batimetría de la zona y la ubicación de las infraestructuras submarinas de la desaladora.
La dirección e intensidad de las corrientes litorales predominantes.
La composición y las fuentes de los sedimentos que forman la playa de Balerma.
La evolución histórica de la línea de costa en Balerma, tanto antes como después de la puesta en marcha de la desaladora.
La falta de transparencia y de estudios de impacto ambiental exhaustivos y públicos sobre los efectos a largo plazo de la desaladora de Balanegra en la dinámica costera dificulta la obtención de conclusiones definitivas. Sin embargo, la evidencia empírica de la regresión de la playa de Balerma exige una investigación rigurosa y la consideración seria de la posible influencia de la desaladora.
La Dudosa Eficacia de los Espigones como Solución
Ante la alarmante pérdida de arena en Balerma, se ha propuesto la construcción de espigones como una posible solución para retener los sedimentos y proteger la playa. Los espigones son estructuras perpendiculares a la costa que buscan interceptar el transporte litoral de arena, acumulándola en su lado de barlovento. Sin embargo, su eficacia y sus efectos secundarios son objeto de debate en la comunidad científica.
Si bien los espigones pueden generar una acumulación de arena en la zona donde se construyen, a menudo lo hacen a expensas de las playas situadas aguas abajo, que se ven privadas del suministro natural de sedimentos, exacerbando la erosión en esas áreas (Komar, 1998, p. 357). En el caso de Balerma, la construcción de espigones podría desplazar el problema de erosión a otras zonas del litoral cercano, generando un impacto negativo en el conjunto del sistema costero.
Además, los espigones pueden alterar los patrones de oleaje y las corrientes locales, lo que podría tener consecuencias imprevistas en la morfología de la playa y la estabilidad de los sedimentos. En lugar de una solución definitiva, los espigones a menudo representan una intervención puntual que puede generar nuevos problemas a largo plazo y requerir intervenciones adicionales.
Conclusiones y Recomendaciones
El caso de la playa de Balerma pone de manifiesto la necesidad de una evaluación más profunda y transparente de los impactos ambientales de las plantas desalinizadoras, especialmente en lo que respecta a su influencia en la dinámica costera. Si bien la desalinización puede ser una herramienta crucial para garantizar el suministro de agua en regiones con escasez hídrica, sus beneficios no deben eclipsar sus posibles costes ambientales.
Es fundamental que los estudios de impacto ambiental de las desaladoras incluyan un análisis exhaustivo de sus efectos potenciales en la erosión costera, considerando la ubicación de las tomas y descargas, las características de las corrientes litorales y el balance sedimentario de la zona. Estos estudios deben ser públicos y sometidos a un debate abierto con la participación de la comunidad científica, los residentes locales y las administraciones competentes.
En el caso específico de Balerma, se requiere una investigación multidisciplinar que combine estudios oceanográficos, geológicos y de modelización numérica para determinar la posible contribución de la desaladora de Balanegra a la erosión de la playa. Esta investigación debería servir de base para la toma de decisiones sobre posibles medidas de mitigación, que podrían incluir modificaciones en el funcionamiento de la desaladora, la búsqueda de alternativas para la gestión de sedimentos o, en última instancia, la reconsideración de la idoneidad de ciertas ubicaciones para este tipo de infraestructuras.
La construcción de espigones como solución a la erosión en Balerma debe abordarse con cautela, considerando sus posibles efectos negativos en otras áreas del litoral. Es necesario explorar alternativas más sostenibles y basadas en la comprensión de la dinámica natural de la costa, como la regeneración de playas con arena de fuentes adecuadas o la gestión integrada de la zona costera.
En definitiva, el caso de Balerma nos recuerda que la búsqueda de soluciones a un problema ambiental (la escasez hídrica) no debe generar nuevos problemas de igual o mayor magnitud. Es imprescindible adoptar una perspectiva holística y a largo plazo en la planificación y gestión de infraestructuras costeras, priorizando la sostenibilidad ambiental y el bienestar de las comunidades locales.
Referencias bibliográficas
French, P. W. (2001). Coastal and estuarine environmental management. Routledge.
Komar, P. D. (1998). Beach processes and sedimentation (2nd ed.). Prentice Hall.
Lattemann, S., & Höpner, T. (2008). Environmental impact and impact assessment of seawater desalination. Desalination, 220(1-3), 1-15.
Pilkey, O. H., & Wright, H. L. (1988). Seawalls versus beaches. In Saving America’s beaches (pp. 229-241). Duke University Press.
© Dr. José A. Callejón